Como muchxs ya sabéis, nos encantan las fotos. Pero si algo nos define, es que somos más de sesiones caseras que de selfies improvisadas —aunque alguna que otra nos ha salido bastante decente... jejeje.
Lo curioso es que la cámara importa menos de lo que muchos creen. Sí, una buena cámara puede darte más calidad, pero no necesariamente más belleza. Lo que realmente marca la diferencia es la preparación, la inspiración, y ese toque de originalidad que nace de dentro. Hoy en día, cualquier smartphone de gama alta puede hacer magia… incluso en condiciones poco ideales.
Nos gusta currarnos las sesiones. Y lo mejor es que no hace falta un gran estudio: con cuatro detalles bien pensados, puedes transformar cualquier rincón de casa en un escenario lleno de erotismo y complicidad.
Lo más importante: elige un espacio que os guste y que esté libre de elementos que puedan estropear la foto… o exponer demasiado. Si pensáis compartirlas en redes, prestad atención a todo lo que pueda revelar vuestra intimidad (cuadros, fotos, objetos únicos). Cread ambiente: cortinas, velas, cojines, alfombras, esposas… lo que os inspire. Dejad volar la imaginación, porque ahí empieza el juego.
También pensad en la movilidad. Necesitáis un rincón que os permita cambiar de posturas, de ángulos, y donde quien hace la foto pueda moverse con libertad. Y ojo a la iluminación: para jugar, amamos la penumbra… pero para hacer buenas fotos, mejor luz suficiente y regulable. Siempre se puede retocar después, pero la base importa.
Y una vez todo listo… empieza lo divertido. Para nosotros, una sesión de fotos es casi como una batalla sensual. Modelo contra fotógrafx. Un juego de seducción sin tregua, donde unx tienta y el/la otrx captura. Nos provocamos con la mirada, con gestos, con posturas, hasta que lo que no se ve en la imagen… se siente. Eso que no suena, pero vibra: susurros, confesiones, gemidos y risas. Eso es lo que intentamos transmitir. Si al ver nuestras fotos sientes algo, entonces hemos hecho bien nuestro trabajo.
Y por cierto: si sois una pareja swinger y queréis conectar con otras, tener buenas fotos es casi imprescindible. Que se os vea a los dos, que haya al menos una imagen de pareja. No es solo por credibilidad: es por complicidad. Porque lo que más atrae no es un cuerpo, sino una mirada compartida.
Hasta hace poco hacíamos nuestras sesiones con una cámara digital compacta muy normalita. Pero hemos cambiado de equipo, por cuestiones técnicas. Aún así, el espíritu es el mismo: crear, jugar y disfrutar, juntxs.
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