Translate

¿Es el poliamor la evolución del swinger? Una mirada desde la experiencia… no desde el diván.

Últimamente hemos escuchado esta pregunta en más de una cena, copa en mano y con esa chispa en los ojos que mezcla curiosidad y vértigo:“¿Y vosotros… os veis en algo más poliamoroso? ¿No es como la evolución natural del rollo swinger?” Y claro, a una le entran las dudas. Porque llevamos años explorando el mundo openminded desde la complicidad, el deseo compartido y el juego en pareja. Porque hemos reído, vibrado, aprendido, puesto límites, y alguna que otra vez, también nos hemos pillado un poquito más de la cuenta.

¿Eso nos convierte en poliamorosos? 

¿O simplemente en humanos que disfrutan sin etiquetas?

En este artículo no vas a encontrar definiciones de manual ni teorías de sexología. Lo que vas a leer aquí es lo que mejor sabemos contar: nuestra vivencia como pareja swinger indivisible, con mucha pasión, algunas anécdotas y un respeto inmenso por todas las formas de quererse (y desearse). Porque quizá el poliamor no sea una evolución… sino otra puerta más dentro de esta maravillosa casa sin paredes. Swinger y poliamor: dos caminos, una misma brújula.

En nuestra experiencia, ser pareja swinger no es solo un “pasatiempo picante”. Es una elección consciente de vivir la sexualidad en pareja desde la libertad, la comunicación y el deseo compartido. No se trata solo de intercambios, tríos o noches de club. Se trata de lo que pasa antes, durante y después, cuando miras a tu pareja y sientes que todo esto os une más.

 El poliamor, por otro lado, nos suena más a gestionar varias relaciones afectivas a la vez. Amor con A mayúscula. Más allá del sexo. Más allá del juego. Vinculaciones que pueden ser paralelas, abiertas, jerárquicas o no… y que requieren una comunicación brutal, una gestión emocional de otro nivel… y muchísima madurez.

 ¿Es uno “mejor” que otro? No lo creemos.

Pero sí vemos que, a veces, la curiosidad por lo emocional aparece en quienes llevan años en el ambiente swinger. Y es normal. Cuando conectas profundamente con otras parejas, pueden surgir vínculos que se escapan del guion. Lo que hemos vivido… y lo que hemos sentido. En algunas cenas, nos hemos reído hasta doler la barriga. En otras, ha habido miradas que decían mucho más de lo que ocurrió después. Y en alguna ocasión, claro, ha aparecido esa chispa especial con otra pareja o con una persona concreta, esa sensación de "esto no es solo química". ¿Significa eso que hemos “cruzado la línea”? No necesariamente. Pero sí hemos aprendido a ponerle palabras a lo que sentimos. A no tener miedo si hay cariño. A hablarlo todo entre nosotros con transparencia y ternura. Porque en este mundo, lo no dicho pesa más que lo que se hace.

¿Tabúes dentro del propio ambiente? Pues sí... Curiosamente, dentro del propio entorno openminded, hablar de emociones o de vínculos afectivos sigue siendo algo que incomoda a algunos. Como si hubiese que elegir entre sexo sin apego o romanticismo monógamo. Como si mezclar deseo y sentimiento fuera trampa. Y sin embargo… somos humanos. Y los humanos nos tocamos, nos deseamos, nos reímos… y a veces, sí, también nos emocionamos. ¿Y eso está mal? Para nosotrxs, mientras haya honestidad, respeto y comunicación, no hay nada más sano.

¿Es el poliamor la evolución del swinger? O simplemente... ¿una bifurcación del mismo camino?

La pregunta que da título a este artículo no tiene una respuesta cerrada. Y quizá ahí esté lo bonito. Para algunas parejas, el mundo swinger es un espacio seguro y lúdico donde explorar el deseo sin necesidad de involucrarse emocionalmente. Para otras, ese mismo mundo puede ser la puerta de entrada a nuevas formas de amar, sentir y vincularse. No se trata de evolucionar hacia algo “más elevado”, como si el poliamor fuese una especie de nivel avanzado. Se trata de entender que cada pareja (o trío, o red relacional) tiene su ritmo, sus necesidades y su manera de construir la intimidad.


 Y tú, ¿qué buscas? ¿A qué le llamas libertad? Si has llegado hasta aquí, quizá te estés haciendo tus propias preguntas. Perfecto. No hay que tenerlo todo

No hay comentarios:

Publicar un comentario