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Macarelleta en el BDSM Film Fest: ataduras que liberan

Salir de la zona de confort no siempre es fácil. A veces se hace con pasos torpes, otras con mariposas en el estómago. Pero también hay veces —como la tarde del pasado viernes— en que se hace con una sonrisa nerviosa y una curiosidad inmensa. Así fue nuestra llegada al BDSM Film Festival Barcelona '25, invitados por Pau Devolar, en el espacio Inusual Project. No sabíamos muy bien qué esperar, pero sabíamos que queríamos estar allí.

Nuestra agenda solo nos permitía asistir el viernes, y el destino, cómplice como siempre, hizo que justo esa tarde se proyectarán los cortos centrados en el shibari, un tema que lleva tiempo rozándonos el alma. Las cuerdas, lo meditativo, lo sensorial… había algo ahí que pedía ser explorado más a fondo. Y así entramos, tranquilos pero expectantes, preparados para dejarnos llevar.

El recibimiento fue cálido. Aunque no conocíamos a nadie, Pau se acercó a saludarnos en cuanto nos vio. Y enseguida el ambiente nos envolvió. El festival tenía un aire íntimo, cuidado, con detalles que hablaban de mimo: desde la atención del equipo hasta los regalitos para los asistentes —productos de Bijoux Indiscrets, ¡todo un detallazo!—.

Tuvimos la suerte de conocer a personas que seguimos en redes, con mucho interés, como Anahi Canela, con quien compartimos una charla interesantísima sobre el mundo BDSM y que, además, me ayudó muy amablemente a colocarme el arnés (¡gracias de corazón!). También conocimos a Lady Sadira, para quien grabamos una pequeña opinión sobre el festival que pronto se podrá escuchar en su podcast. Y fue un gustazo cruzarnos con La Capitana, parte del equipo de Sanctuary, y por fin desvirtualizar a una pareja maravillosa con la que llevamos años conectando en redes.


Pero vayamos a lo que más nos tocó esa noche: los cortos. Más que películas, eran pequeños documentales, cápsulas íntimas con visiones muy personales sobre el shibari. Y hubo uno que nos atrapó: "Shibari y yo", una pieza delicada, profunda y cargada de verdad. Nos emocionó. Nos conectó. Nos reafirmó en la idea de que lo que más nos llama del shibari no es lo estético o lo erótico, sino lo mental, lo meditativo, lo que sucede adentro.

No tenemos mucha experiencia aún. Apenas un primer contacto con las cuerdas, no hace mucho, en la fiesta Kinkstars. Pero si ya nos gustó la sensación de ser atados… después de ver estos cortos, sabemos que queremos más. Aprender, explorar, vivirlo en pareja desde un lugar de entrega, confianza y conexión profunda.

Nos encantó que el festival sirviera también para normalizar, invitar a la curiosidad, romper estereotipos y compartir emociones reales. Porque no se trataba de una exhibición vacía, sino de un espacio donde las personas se mostraban tal como son, con sus procesos, dudas, placeres y límites.

La guinda fue reencontrarnos con Pau, que —como siempre— se mostró amable, cercano y lleno de pasión por el proyecto. Se nota que este festival nace desde el amor por la cultura BDSM y por quienes la viven de forma auténtica.

¿Repetiremos el año que viene? Sin duda.
Porque el BDSM Film Fest no es solo cine.
Es un espejo donde mirarnos, un lugar donde seguir descubriéndonos…
y unas cuerdas que, lejos de atarnos, nos siguen liberando.


Con cariño, deseo y muchas ganas de explorar,
Macarelleta

🖤 

“Las cuerdas nos atan... pero la mente es quien se rinde primero.”


ANEXO:

Decir que compartimos la tarde, con una parejita a la que conocíamos por redes desde hacía muchísimos años y que no habíamos tenidos el placer ni la oportunidad de desvirtualizarnos. Por fin llegó el momento, y valió mucho la pena. Una parejita guapísima, simpatiquísima y encantadora...
Solo fueron unas cervecitas, una cena de picoteo, muchas risas y complicidad. Los ingredientes ideales para elaborar la receta que más nos gusta. Creemos que podemos decir, que nos quedamos todos con ganas de seguir conociéndonos, y que sin duda seguiremos haciéndolo. 

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