Así es como lo ve mucha gente desde fuera.
Un mundo oscuro... lleno de sombras, de secretos, de deseos que supuestamente deberían avergonzar. Un rincón prohibido donde la moral tradicional tapa los ojos y se persigna antes de mirar.
Un mundo oscuro... lleno de sombras, de secretos, de deseos que supuestamente deberían avergonzar. Un rincón prohibido donde la moral tradicional tapa los ojos y se persigna antes de mirar.
Un mundo cargado de lujuria, de placer sin filtro, de sexo libre y placeres pecaminosos.
Y sí… no van tan desencaminados. Porque sí, el ambiente swinger está lleno de deseo, de fantasías cumplidas y de vicio… mucho vicio. Pero no el que algunos imaginan con prejuicio o miedo, sino uno consentido, sano, honesto. Un vicio que no corrompe, sino que libera.