Somos
Macarelleta. Una pareja swinger. Padres. Comunicadores digitales. Gente que vive y
comparte con respeto. Y aún así... nos han tumbado. Otra vez. Y no una, sino 3 cuentas de instagram la misma noche...
No es la primera vez. Ni la segunda. Ni la quinta. Instagram nos ha cerrado cuentas, eliminado publicaciones y restringido contenidos por razones tan absurdas como tener palabras “censurables” en un pie de foto. ¿Palabras como Bukake o GangBang? Sí. Existen. Y no deberían escandalizar más que guerra, odio o corrupción, pero claro… esas sí pasan el filtro.
Sabemos que Instagram es una red social pública. Y precisamente por eso, siempre hemos cuidado lo que compartimos: estética cuidada, sensualidad sutil, nunca vulgaridad. Tenemos hijos. Sabemos dónde está el límite. Pero da igual. Cuando el algoritmo va de inquisidor, poco importa tu intención, tu arte o tu ética.
Nos han cerrado cuentas. Incontables veces. Por “violación de normas comunitarias”. Nos han eliminado publicaciones sin sentido. Luego, a veces, tras revisar, nos las devuelven. ¿Y los daños mientras tanto? ¿Y los seguidores perdidos? ¿Y el trabajo que hay detrás?
¿Y los haters? También juegan su papel. Personas que denuncian contenido por envidia, por no aceptar un no, o por simple toxicidad. Sabemos que algunas denuncias son anónimas y malintencionadas. Porque, curiosamente, esas denuncias sí que no se filtran.
Pero ¿sabéis qué?
No nos rendimos.
Nos reinventamos.
Nos reconstruimos.
Y volvemos.
Porque la libertad no se negocia.
Porque el deseo no se censura.
Porque si no nos pueden callar… es porque no hablamos solos.
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¿Nos echáis una mano?
Dadle follow, compartidnos, difundid.
Ayudadnos a recuperar la comunidad que tantas veces ha resistido.
#BesosConLenguaS
Aprovechamos para recordar que en
no existe la censura!!!!!